5. Aristóteles: alma y conocimiento
El
ser humano es un
ser natural y, como todo ser natural, es un compuesto de materia y forma. En todos los seres vivientes,
materia y forma se corresponden a
cuerpo y alma.
ARISTÓTELES (-384/-322) mantiene una
visión dualista del ser humano, pero lejos del dualismo platónico. El
alma da vida al cuerpo, pero ésta depende del cuerpo como la
visión del ojo o la sonrisa de la boca. Tanto las plantas como los animales viven, poseen alma, pero su vida, su alma, no es idéntica. Hay una alma vegetativa, una alma sensitiva y una alma intelectiva.
En esta antropología, los
sentidos se revalúan como fuente de conocimiento y no hace falta recurrir a
ideas innatas en nuestra mente. Al nacer,
nuestra mente está vacía: haciendo uso de los sentidos y otras facultades humanas se escribirá en ella. Consecuentemente, tampoco hay que hablar de la platónica reminiscencia; en el proceso de conocimiento, la
capacidad abstractiva deviene una herramienta fundamental